miércoles, 7 de septiembre de 2011

Aquellos años, esos días, aquel verano.

Recuerdos. Duros días, lágrimas, canciones melancólicas, fotos, entradas de cine, conversaciones guardadas, cartas, sonrisas. En fín, todo son recuerdos.
Porque todavía me acuerdo de aquellos días en los que todo me iba mal. La suerte no me sonreía. Inmadurez, posiblemente esa es la palabra que describa estos años atrás.
Pero pasado, pasado es. ¿Para qué darle más vueltas? ¿Para qué lamentarse tanto? Si no hubiera cometido esos errores, tantas equivocaciones, posiblemente a día de hoy, no hubiera estado tan feliz como me siento ahora. Me alegro de haber tropezado con esas piedras, con esos baches del camino, y también me alegro incluso de haberme llegado a caer a base de tantos tropiezos. Porque son esas personas, las que están a mi lado ahora, las que me han ayudado a levantarme de una vez, para no dejarme caer más.
Mi vida es perfecta, ¿quién se atreve a jodérmela?

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